Dakar está en la encrucijada del sol, del
desierto y del mar.
El sol nos tapa el firmamento, el arenal acecha en
los caminos, el mar es un encono.
He visto un jefe en cuya manta era más ardiente lo
azul que en el cielo incendiado.
La mezquita cerca del biógrafo luce una claridad de
plegaria. La resolana aleja las chozas, el sol como un ladrón
escala los muros.
África tiene en la eternidad su destino, donde hay
hazañas, ídolos, reinos, arduos bosques y espadas.
Yo he logrado un atardecer y una aldea.
Jorge Luis Borges
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