martes, 15 de agosto de 2017

Poemas de Juan Sánchez Peláez






Retrato de la bella desconocida

En todos los sitios, en todas las playas, estaré esperándote.
Vendrás eternamente altiva
Vendrás lo sé, sin nostalgia, sin el feroz desencanto de los años
Vendrá el eclipse, la noche polar
Vendrás, te inclinas sobre mis cenizas, sobre las cenizas del tiempo perdido.
En todos los sitios, en todas las playas, eres la reina del universo.

¿Qué seré en el porvenir? Serás rico dice la noche irreal.
Bajo esa órbita de fuego caen las rosas manchadas del placer.
Sé que vendrás aunque no existas.
El porvenir: lobo helado con su corpiño de doncella marítima.
Me empeño en descifrar este enigma de la infancia.
Mis amigos salen del oscuro firmamento
Mis amigos recluidos en una antigua prisión me hablan
Quiero en vano el corcel del mar, el girasol de tu risa
El demonio me visita en esta madriguera, mis amigos son puros e inermes.

Puedo detenerme como un fantasma, solicitar de mis antepasados
que vengan en mi ayuda.

Pregunto: ¿Qué será de ti?
Trabajaré bajo el látigo del oro.
Ocultaré la imagen de la noche polar.
 
¿Por qué no llegas, fábula insomne?


Juan Sánchez Peláez





A veces las montañas


A veces las montañas
se esconden
y un caballo aparece intacto
bajo innumerables estrellas
en su lomo de rocío,

ahí es llama inmóvil
y sin jinete que lo guíe
sus flancos son faroles,

—respira, respira
ahuyenta el miedo,

—anda quieto: largo límpido
en el horizonte de la llanura,

—vuela y nos abandona:
hace una pausa de leguas y leguas,
vuelto una ofrenda de huesos fieles y cordilleras,

por eso
bebe del seno húmedo de la tierra entera;

el surco que tiene
es nuestro ombligo,
su batalla: el aire de intensas vibraciones,
en escasez o abundancia
somos el largo camino
y la vida breve,

mientras un caballo
entre nosotros y el resplandor
reclina todo su cuerpo sobre piedras tibias.

Juan Sánchez Peláez - Venezuela

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