viernes, 22 de enero de 2016

Benjamín Prado


El viajero
                                                 para Javier Egea

Te acompañaban siempre los violines.
Tus poemas estaban en ti como los peces
en el fondo de un río.

Eso es lo que vi en ti:
peces en el desierto,
música amenazada.
Te vi hacer bosques y subir montañas,
te vi cavar abismos con tus manos.
No supe dónde ibas.

Te vi buscar la sombra entre la luz,
te vi buscar la muerte entre la vida,
y no pude entenderte.

Yo no sé qué has ganado, pero sé qué has perdido:
tu música,
                      tus peces,
                                            tus montañas azules.

No puede ser feliz quien entierra un tesoro.
No puede ser feliz
quien envenena el agua de su vida.

De "Un caso sencillo" 1986
 Benjamín Prado



UN PROFESOR ES ALGUIEN QUE HABLA EN LOS SUEÑOS DE OTRO
                                 (En la tumba de W. H. Auden en Kirchstetten, Austria)


Imagina unos versos. Después, ponte a buscarlos
como si fueran tuyos y estuviesen perdidos;
intenta adivinarles las palabras
como el que huye trata de predecir los pasos
de quienes lo persiguen; y procura que en ellos
se detenga el idioma
                                 igual que el agua
se vuelve hielo para dejarse acariciar.

Que tu poema sepa algo que ignoras;
que no te necesite; que encuentre al mismo tiempo
lo que nadie soñaba y lo que buscan todos;
que cuando ya no estés
                                     oculte que te has ido,
se haga pasar por ti.

No escribas si lo puedes hacer como cualquiera
pero no como tú;
si al repetir
lo que dijeron otros
no dices otra cosa;
si en tus libros no se oyen los libros que leíste,
como en un apellido
                                 se escucha galopar
                                                                a los antepasados.

Que tu poema esté a medio camino
entre tú y yo
                      lo mismo que una estatua
entre el cuerpo y la roca;
que ponga lo intocable en nuestras manos;
que logre que se queden las cosas que se van.

(Eso es lo que me dijo Auden junto a su tumba.
Nevaba sobre Kirchstetten, en los Bosques de Viena,
y yo soñé
que un día
alguien pondrá unas rosas debajo de mi nombre
y encima de estos versos que escribo para ti.)


 Benjamín Prado (Madrid, 1961). Es identificado por la llamada “Poesía de la experiencia”. Ha merecido los premios Hiperión, Internacional de Poesía Ciudad de Melilla y el Generación del 27. Escribió con Joaquín Sabina, entre otras, las canciones del disco “Vinagre y rosas”.


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