lunes, 2 de agosto de 2021

Poemas de Mercedes Roffé (Argentina)

 

 

 


 

 

 Indagaciones

 

Pero

¿qué es el pasado? ¿qué el presente?

¿acaso es posible distinguir

la cortina de hierro y nube

que los separa y los une?

 

¿no acuden las memorias al presente

y jalonan los días

tanto o más que el espanto

nuestras noches?

 

memoria y percepción

¿no son coetáneos?

 

si la mente es perpetuo movimiento

y el tiempo es movimiento

y el ayer y el hoy se buscan

en una danza que es, a un tiempo,

repetición y réplica y

contrapunto

 

¿no es así que llamamos pasado

a ciertas escenas –postales–

más inmediatas aun –como instantáneas–

momentos de hoy y antaño

dándose sentido mutuo

confluyendo

en ese diario de viaje

que es la vida?

 

¿qué modifica qué? ¿qué incide

en qué? ¿el pasado

en el presente? ¿la infancia

en la vida toda? ¿o quizás el presente

en ese ayer

revisitado siempre

soñado y reescrito y desvirtuado

siempre

desde el saber

o la agonía de hoy?

 

 

Situación para curar a un enfermo

 

invitad gente. invitadlos a todos. a una fiesta. una gran fiesta.

y si el enfermo no quiere salir de la cama, dejadlo, que no salga.

y que haya música y bailes, y cantos y pasteles.

y si el enfermo no quiere bailar, dejadlo, que no baile.

y si el enfermo no quiere cantar, dejadlo, que no cante.

y si el enfermo no quiere comer, dejadlo, que no coma, que no beba.

pero que haya ruido en la casa. y mucha gente.

y que se cuenten cuentos y memorias, y fábulas y acertijos

y si el enfermo no puede o no quiere decir nada, dejadlo

–que no hable,     que no ría,    no recuerde.

pero traed gente a la casa, al jardín de la casa, a la posada, al pueblo

que en la casa haya ruido, mucho ruido. mucha, mucha gente.

y al terminar la fiesta, dos o tres días después, las mujeres

echen todo lo que haya sobrado del banquete en el hueco de una sábana

grandes sábanas bordadas. de preferencia blancas, muy blancas.

de preferencia bordadas.

echen allí los pasteles, las almendras, los higos, las nueces, las castañas,

las moras y las masas hechas, las pastas y los panes, los zumos y los vinos

que lo lleven al río, entre seis, entre cuatro

que lleven la sábana al río, con sus bienes, sus frutos, sus pasteles,

por el bulevar que bajen, las cuatro, las seis al río, varias veces,

y echen todo a la corriente, las sobras del festín, el vino, el agua, el zumo,

las almendras, los higos

y arrojen todo al río, a la corriente

 

 

Éxodos

 

la memoria y el sueño encuentran su discurso

cada cual el suyo

cada cual su propia

articulación

 

sucinta

límpida

desnuda

 

un trazo de pincel marca el contorno

de una situación extrema

sin extremos, sin

patetismos

 

hay superficies planas, duras

diáfanas también –prisma filoso

espejo

piedra que cae a pique

 

portón

 

una mesita de mármol

como una lápida

 

una foto

que se anima y te besa

o te abrasa

 

sueños arrasadores

donde la máscara que somos

aguarda

su capciosa, brutal, inapelable

salida a escena

 

la muerte siempre anunciada

la sangre negra del cuerpo

que se escribe

la entrada en la memoria

y el exilio

 

los caminos son múltiples pero se cruzan

 la tierra de la que se parte, vuelve

vuelve y mora

al acecho

en una lápida, una foto

un espejo

un trazo

una palabra bárbara

incomprensible

 

Mercedes Roffé

No hay comentarios.:

Publicar un comentario