Condición de vampiro
Tras una inútil
noche en tránsito sanguíneo
—la temblorosa
piel—
—el quejido
mínimo—
oficio el
cándido ritual de abrir sobres a mordiscos.
Desde una
atmósfera intensa,
cartas que
hablan de lejanos países
me seducen, me
vencen.
—¡Vuelve hijo
mío!—
firma mi madre.
En un arrebato
Retomo las
infusiones mendicantes
la dieta del
ajo
la abstinencia…
pero es inútil;
mis sendos
colmillos muerden
una y otra vez
mi destino:
velar sueños es
mi condena.
Benjamín Chávez (Bolivia)
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